Menos dosis y a más largo plazo: un cambio en la administración de quimioterapia que reduce toxicidad sin restar efectividad
- Los investigadores del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) publican en la revista Lung Cancer los resultados del estudio NORA, primero a nivel mundial que constata los beneficios de la denominada ‘quimioterapia metronómica’ para los pacientes con cáncer de pulmón localmente avanzado inoperable
- Este tipo de quimioterapia permite combinar dosis bajas de varios fármacos en sesiones de forma ininterrumpida, lo que reduce el riesgo de reacciones adversas y es potencialmente eficaz
- Los investigadores del GECP trataron un total de 65 pacientes con dos fármacos diferentes junto a sesiones de radioterapia a dosis bajas, obteniendo resultados de supervivencia y progresión de la enfermedad similares al tratamiento estándar, pero reduciendo la toxicidad un 80%
- El estudio NORA del GECP también ha evaluado la correlación entre los niveles de ADN tumoral circulante (ctDNA) y la supervivencia, lo que abre la puerta a la estandarización en el uso de la biopsia líquida como herramienta para monitorizar la respuesta al tratamiento
El tratamiento de los tumores de pulmón en estadios localmente avanzados no operables ha experimentado leves avances en los últimos años. Mejorar los esquemas de tratamiento y evitar las elevadas toxicidades, ha sido uno de los objetivos de los investigadores del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y su estudio NORA, cuyos resultados acaban de ser publicados en la Revista Lung Cancer.
Con esta investigación se constatan los beneficios de la quimioterapia ‘metronómica’ en este grupo de pacientes. “Con esta quimioterapia, en lugar del uso intermitente y en dosis altas de uno o dos medicamentos de quimioterapia, se combinan dosis bajas de varios fármacos con un régimen ininterrumpido”, explica el doctor Mariano Provencio, presidente del GECP e investigador principal de este estudio. “Con este método de dosis bajas hay menos riesgo de tener reacciones adversas lo que permite administrar un tratamiento continúo siendo igualmente eficaz y menos tóxico”, añade Provencio.
Resultados
En concreto los investigadores del GECP trataron un total de 65 pacientes con dos fármacos diferentes junto a sesiones de radioterapia a dosis bajas. Del total de pacientes que completaron el tratamiento, un 66,2% respondió al tratamiento, con un total de 11 meses y medio de supervivencia libre de progresión de la patología. Se produjeron acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento en cerca del 20,5% de los pacientes durante todo el esquema de tratamiento, ocurriendo esofagitis en el 3% (frente al 23% de los modelos de administración tradicionales), neumonitis en el 1,5% (frente al 12% del esquema clásico), y neutropenia en el 6,2% de los pacientes (frente al 54%).
“Con todo ello, obtuvimos resultados de supervivencia y progresión de la enfermedad similares al tratamiento estándar, pero reduciendo la toxicidad en torno a un 80%”, asegura el doctor Mariano Provencio, jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro.
Utilidad de la biopsia líquida
El estudio NORA del GECP también ha evaluado la correlación entre los niveles de ADN tumoral circulante (ctDNA) y la supervivencia, lo que abre la puerta a la estandarización en el uso de la biopsia líquida como herramienta para monitorizar la respuesta al tratamiento.
La biopsia líquida o biopsia de fluido, es una nueva técnica de diagnóstico y seguimiento del cáncer. Consiste en un análisis de sangre que permite confirmar o descartar la presencia de células tumorales en la sangre y, de estar presentes, analizar el ADN de las mismas para personalizar o adaptar el tratamiento.
En este sentido, en el estudio NORA los pacientes con ADN tumoral indetectable después de un seguimiento de tres meses tuvieron una supervivencia mayor que los pacientes que permanecieron positivos en ese momento.