Covid-19: un ‘gancho’ directo a la atención e investigación en cáncer
El retraso de cirugías electivas en el tratamiento de algunos tumores como el de pulmón, interrumpidos por la respuesta de los servicios de salud a la pandemia COVID-19, podría provocar una reducción de supervivencia de hasta el 33%, según un reciente análisis
En plena fase de desescalada y como buenos marineros cuando amaina la tormenta, es hora de evaluar los daños causados por esa tempestad sin precedentes sobre el sistema sanitario español llamada Covid-19. Alejados ya de la urgencia y el colapso, aunque todavía vigilantes, los centros hospitalarios y por ende sus profesionales vuelven poco a poco, paso a paso, a la normalidad: a las citas pendientes, a las cirugías programadas, a las revisiones, a las pruebas diagnósticas. Pero ¿es posible recuperar todo lo perdido en este tiempo? Depende.
Como oncólogo y presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, que investiga uno de los tumores con más impacto en nuestro país, considero que es necesaria la puesta en marcha de una ‘hoja de ruta en Oncología’ para esta vuelta a la normalidad. El objetivo no es otro que minimizar el impacto de la pandemia y evitar que la cancelación de cirugías, pruebas diagnósticas y tratamientos oncológicos afecte de forma directa a nuestros pacientes lastrando, de un modo u otro, todos los avances conseguidos hasta el momento. De hecho, un análisis reciente liderado por el Institute of Cancer Research de Londres destacó que en cáncer de pulmón un retraso de 6 meses en una cirugía y en el segmento de edad en el que normalmente se desarrolla esta enfermedad, entre 60-69 años, aún en fases precoces del tumor, provocaría una reducción de supervivencia estimada del 27%. La reducción de supervivencia es todavía mayor en fases avanzadas de la enfermedad y podría llegar a ser de hasta el 33.7%. Demasiados daños colaterales que tendremos que considerar a la hora de planificar la vuelta a la normalidad.
También se resiente la investigación. ¿Qué ha pasado durante todo este tiempo? La inclusión de pacientes en numerosos ensayos clínicos que ya teníamos en marcha se ha visto paralizada, al tiempo que prácticamente todos los grupos y centros de investigación destinábamos recursos y esfuerzos en un único foco: entender y comprender la Covid para poder atender mejor a nuestros pacientes. Por otra parte, son muchos los estudios clínicos que se están cancelando o buscando otros países para su realización, impactando tanto sobre el potencial beneficio a pacientes como las consecuencias laborales y económicas de esta situación.
A todo esto se une que la pandemia de coronavirus ha desatado una oleada de estudios sin precedentes históricos, no dejando ver el fondo entre tanta marea. Quizá esto ha desenfocado la atención sobre temas tan prioritarios como mejorar la supervivencia en tumores de alto impacto como el de pulmón, que sólo se consiguen con investigación y más investigación.
¿Qué hacer entonces para que esta desescalada no suponga bajar un escalón en la atención e investigación en cáncer? Yo diría que aprovechar la oportunidad para mejorar las cosas. Hace años que especialistas de diversos ámbitos reclamamos un Plan Nacional contra el Cáncer que nos permita coordinar esfuerzos y evitar desigualdades. Sin duda, si hay un momento para darle prioridad, es ahora. Necesitamos racionalizar recursos manteniendo todos los estándares de calidad y solo lo lograremos si aunamos esfuerzos. También nos ayudará a recuperar el ritmo perdido la colaboración intra e inter-autonomías para abordar las patologías complejas. Y, por último, realizar un estudio individualizado de cada tumor, ya que la estrategia a seguir con el cáncer de mama sin duda será diferente a la que tengamos que realizar en cáncer de pulmón.
Y para todo ello vamos a necesitar de nuevo a los profesionales sanitarios. A los que han estado dando la cara en primera línea durante toda esta crisis. La organización hospitalaria y la situación de las plantillas demanda una mínima flexibilidad en movilidad y contratación, así como eliminar la precariedad.
En definitiva. Creo que tras esta crisis urge una necesaria reflexión y reformulación del Sistema Nacional de Salud. Puede que no haya soluciones rápidas ni sencillas. No basta gastar más en Sanidad: hay que establecer una buena organización piramidal, en la que las áreas prioritarias de carácter nacional deben estar fuertemente establecidas, bien financiadas y coordinadas. El Gobierno de España debe liderar y dirigir áreas que afectan a todos, se necesitan recursos y actuación nacional tanto sobre epidemias como medicamentos, cáncer o investigación, entre otras.
La crisis sanitaria de la Covid 19 ha supuesto un ‘gancho’ directo a la atención e investigación en cáncer y muchas otras patologías. Recuperarnos del golpe para seguir peleando está en nuestras manos.
Mariano Provencio, oncólogo y presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón
Artículo publicado en El Mundo