Hablamos con la Dr. Amelia Insa, oncóloga Hospital Clínico de Valencia
“Hace un par de décadas era poco lo que se le podía ofrecer a un paciente con cáncer de pulmón no operable. Ahora el arsenal de tratamientos eficaces crece de forma exponencial”
• ¿Por qué te especializaste en Oncología y, más concretamente, en cáncer de pulmón? ¿Cómo ha cambiado el abordaje del cáncer de pulmón desde sus inicios?
Siempre me ha gustado el abordaje global del paciente. Me gustaba la Medicina Interna y la disciplina de Oncología Médica representaba una Medicina Interna más especializada. Esta disciplina integra múltiples aspectos como la epidemiología, la fisiopatología, la anatomopatología, así como el uso de múltiples abordajes terapéuticos como la cirugía, la radioterapia y tratamientos sistémicos de muy diversa índole. No elegí dedicarme al cáncer de pulmón. Cuando me incorporé como oncóloga a mi hospital se me asignó esta área y debo reconocer que ha constituido un reto y un camino muy enriquecedor.
La oncología en general ha visto cambios vertiginosos en la última década. Y el cáncer de pulmón, al que yo principalmente me dedico, no ha sido menos. Hace un par de décadas era poco lo que se le podía ofrecer a un paciente diagnosticado de cáncer de pulmón no operable, y ahora el arsenal de tratamientos eficaces crece de forma exponencial, de manera que todos los estadios han visto aumentar su supervivencia de forma relevante. Todo ha cambiado. Disponemos de técnicas de screening, han mejorado los procedimientos diagnósticos, las técnicas de cirugía y radioterapia, los tratamientos de soporte y los tratamientos sistémicos.
“Por la Covid ha existido un retraso diagnóstico tanto por la reticencia de los pacientes a consultar durante el 2020-2021, como por un limitado acceso a la medicina primaria, que ha estado comprometido por las exigencias de la pandemia”
• ¿Qué impacto ha tenido la Covid en los pacientes con cáncer de pulmón? ¿Crees que estamos a las puertas de superar la pandemia?
La Covid ha tenido un impacto muy importante en todos los aspectos de nuestro día a día, y también ha sido así para los pacientes con cáncer de pulmón. En general ha existido un retraso diagnóstico tanto por la reticencia de los pacientes a consultar durante el 2020-2021, como por un limitado acceso a la medicina primaria, que ha estado comprometido por las exigencias de la pandemia. También desde el punto de la medicina especializada han existido limitaciones: de biopsia, de pruebas necesarias y de cirugías retrasadas por el colapso hospitalario. En el escenario de los tratamientos sistémicos oncológicos nos movimos en la incertidumbre del impacto que nuestras terapias podían tener en la vulnerabilidad hacia la Covid. Aunque nuestros pacientes presentaron índices de mortalidad por Covid superiores a otro tipo de tumores, la cooperación multidisciplinar de la comunidad oncológica internacional permitió que poco a poco fuéramos superando el miedo al tratamiento oncológico en el contexto de la pandemia y aprendiéramos a organizar nuestra actividad de una manera más eficiente y segura.
Aunque los avances en la lucha contra la pandemia han sido muy relevantes, tanto en cuanto a contención como en cuanto a tratamiento, es posible que tengamos que convivir con la Covid durante un tiempo. Sin embargo, hemos crecido en experiencia y hemos aprendido a convivir con ella sin mermar de forma significativa nuestra labor asistencial.
“Un aspecto que va a requerir más esfuerzo y atención por parte de las autoridades políticas y sanitarias va a ser la prevención primaria y secundaria. El refuerzo de políticas antitabaco y la implementación de los programas de cribado poblacional son dos aspectos importantísimos”
• Y respecto a los avances en cáncer de pulmón. Según tu criterio, ¿cuáles han sido los principales avances en cáncer de pulmón en los últimos años? ¿Qué aspectos se pueden mejorar?
En los últimos 15 años hemos asistido a una auténtica revolución en los tratamientos del cáncer de pulmón. Por una parte, la medicina personalizada ha significado el reconocimiento de que el cáncer de pulmón no es una única enfermedad sino múltiples enfermedades subsidiaras de tratamientos diferentes en función de características moleculares específicas. Esto se ha traducido en la introducción de tratamientos dirigidos que han demostrado mayor eficacia que la quimioterapia convencional y en la exigencia de utilizar técnicas complejas de diagnóstico molecular. La segunda gran revolución en el tratamiento del cáncer de pulmón ha sido el uso de la inmunoterapia que produce beneficios muy importantes en términos de supervivencia en determinados grupos de pacientes. Aunque inicialmente el uso de la inmunoterapia se restringió a estadios muy avanzados de la enfermedad su incorporación a etapas más iniciales está demostrando una eficacia muy prometedora.
Un aspecto que va a requerir más esfuerzo y atención por parte de las autoridades políticas y sanitarias va a ser la prevención primaria y secundaria. El refuerzo de políticas antitabaco y la implementación de los programas de cribado poblacional son dos aspectos importantísimos a los que no se está prestando aún la importancia que merecen, y posiblemente, sean de las maniobras que puedan llegar a tener un mayor impacto en la prevención y en el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón.
También deberíamos de avanzar más en el abordaje paliativo del paciente, ya que esto es una parte indispensable del tratamiento oncológico, y sabemos que también resulta fundamental para mejorar la supervivencia.
Y por supuesto, debemos conseguir que todos los pacientes con cáncer de pulmón de nuestro país tengan las mismas oportunidades de recibir el mejor tratamiento para su enfermedad.
“Hemos participado y participamos en múltiples proyectos del GECP como los ensayos de neoadyuvancia con imunoterapia, NADIM y NADIM2, que tan buenos resultados están dando, ensayos en adyuvancia (NADIM adyuvante), el ensayo APOLO de quimio/radioterapia en estadios localmente avanzados, o el proyecto BIMES de mesotelioma”
• ¿Cómo valoras las medidas de prevención primaria del cáncer de pulmón? ¿Crees que se está haciendo lo suficiente para frenar el tabaquismo?
Efectivamente, aunque hace unos años implementamos como sociedad unas medidas antitabaco que redujeron de forma importante su consumo, en los últimos años hemos visto como la población femenina ha incrementado su consumo. También la población juvenil requiere unas políticas enérgicas de prevención primaria, y en esto habrá que colaborar de forma más intensiva con los agentes educativos. El GECP ha puesto en marcha proyectos e iniciativas en este campo.
• ¿Estás participando en la actualidad en algún estudio del GECP? ¿En cuál?
La actividad investigadora es muy intensa en estos momentos. Para nuestro hospital la participación en ensayos es un aspecto fundamental de nuestra actividad asistencial e investigadora. Hemos participado y participamos en múltiples proyectos del GECP como los ensayos de neoadyuvancia con imunoterapia, NADIM y NADIM2, que tan buenos resultados están dando, ensayos en adyuvancia (NADIM adyuvante), el ensayo APOLO de quimio/radioterapia en estadios localmente avanzados, o el proyecto BIMES de mesotelioma.
“Cada vez es mayor la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón y logramos limitar las toxicidades de los tratamientos mediante la aplicación personalizada de terapias y la mejor selección de las mismas para cada paciente”
• ¿Cómo valorarías la investigación en cáncer de pulmón en España? ¿Qué herramientas o palancas la ayudarían a mejorar?
España es uno de los países con mayor actividad investigadora de la comunidad internacional, y participa de forma muy relevante en la mayoría de las estrategias de investigación oncológica. Contamos con grandísimos profesionales dispuestos a volcarse cada vez más para avanzar en el tratamiento de los pacientes con cáncer.
• Y por último, ¿cómo ves el futuro del cáncer de pulmón? ¿lograremos vencerlo?
Lo estamos logrando. Sabemos que el camino es largo y arduo, pero los avances de la última década son muy significativos. Y esto se traduce en el día a día en nuestras consultas. Cada vez es mayor la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón y logramos limitar las toxicidades de los tratamientos mediante la aplicación personalizada de terapias y la mejor selección de las mismas para cada paciente.
BIO
Nací en: Onteniente en 1967
Me formé en: el Hospital Clínico Universitario de Valencia
Trabajo en: el Hospital Clínico Universitario de Valencia
Formo parte del GECP desde: 2002
Lo que más me gusta es: el cine, leer y pasar tiempo con mi familia
Me gustaría desterrar: la desigualdad
Una curiosidad: Me encantan los deportes. Soy socia del Valencia y acudo con asiduidad a ver los partidos de basket.