Los nuevos productos de tabaco: el gran reto para frenar el tabaquismo durante la próxima década según el GECP
Día Mundial Sin Tabaco
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El Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) alerta que mientras el tabaco tradicional contrae o estabiliza su consumo, crece el uso de nuevos productos, especialmente entre el público joven
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Un problema es la baja percepción del riesgo: los consumidores creen erróneamente que los cigarrillos electrónicos o los productos de tabaco calentado son inocuos para la salud
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Para frenar el auge de estos nuevos productos, los especialistas de pulmón proponen equiparar su regulación a la de los cigarrillos tradicionales
Los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado (dispositivos de tabaco sin combustión), han ganado popularidad rápidamente bajo la premisa de que pueden ayudar a las personas fumadoras a dejar de fumar y que pueden ser menos dañinos que el tabaco tradicional. Sin embargo, su uso se ha expandido significativamente a los no fumadores, a menudo a jóvenes y adultos jóvenes, introduciendo en el consumo a una población nueva.
Así, mientras el consumo de tabaco tradicional se contrae o estabiliza, el uso de estos nuevos dispositivos crece. “Antes de la pandemia detectamos un incremento progresivo en su uso que se constata en el último informe EDADES del Ministerio de Sanidad. Desde 2017 se incrementó un 36% el número de personas que decían haber consumido cigarrillos electrónicos en el último año. Este aumento es particularmente importante en la población de 16 a 24 años. Una cifra muy preocupante que demuestra la escalada de estos dispositivos”, afirma el doctor Alberto Ruano, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela y responsable de epidemiología del GECP.
Por ello, y pese a que durante el confinamiento se redujo el consumo de todas las tipologías de tabaco, para los especialistas del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) el reto de la próxima década radicará en controlar el auge y publicidad de estos nuevos productos, de gran atractivo para la población joven.
Baja percepción de riesgo
Para el GECP es preocupante la percepción de riesgo sobre su uso, ya que se consideran menos peligrosos que fumar tabaco. Los oncólogos recuerdan que no se trata de productos inocuos y que se está investigando si pueden producir inflamación pulmonar. “Vemos con preocupación informaciones que indican erróneamente que el tabaco calentado se asocia a un menor riesgo de cáncer y otras enfermedades que los cigarrillos convencionales. De hecho, algunos estudios sugieren que podría haber un vínculo entre el vapeo y el cáncer de pulmón en modelos animales. Están todavía en fase de desarrollo los estudios que constatarán si esto es así en humanos. Lo que sí es cierto es que los aromatizantes, incluidos otros aditivos utilizados en los cigarrillos electrónicos, pueden contribuir a la inflamación pulmonar”, explica Ruano. Por otra parte, el inicio en el consumo de estos dispositivos aumenta la probabilidad de convertirse en fumador convencional y un porcentaje importante de usuarios combinan el consumo de tabaco con estos dispositivos.
Necesidad de regulación más restrictiva
En este contexto, para frenar el auge de estos nuevos productos, desde el GECP se propone una regulación más restrictiva. “Sin duda estos nuevos productos están creciendo, aprovechando el vacío legal existente. Deberían considerarse productos de tabaco como tal, prohibiéndose su consumo en los lugares ya contemplados por la legislación, restringir su publicidad, promoción y patrocinio o tratarlos fiscalmente igual que los cigarrillos”, concluye Ruano.